En la iglesia la Guadalupe se llevó a cabo una misa al aire libre en honor a San Isidro Labrador que poco después fue bañada por la lluvia que algunos consideran una bendición del cielo.
Las fiestas de este santo se distinguen en los Andes venezolanos por la decoración de los animales con ofrendas cosechadas por los mismos agricultores, una manera de dar gracias al santo y pedirle por mejores frutos.
Una de las tantas leyendas de San Isidro Labrador cuenta que mientras este rezaba uno ángeles araban los campos en los que él trabajaba como arrendado.
Redacción Bernardo Luzardo - CNP 25.123
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