Un hombre se encontró un huevo de águila. Se lo llevó y lo colocó en el nido de una gallina. El aguilucho fue incubado y creció en la nidada de pollos.
Durante toda su vida, el águila hizo lo mismo que hicieron los pollos, pensando que era un pollo.
Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos, piando y cacareando. Incluso, sacudía las alas y volaba unos metros por el aire. De todos modos ¿No es así como vuelan los pollos? Pasaron los años y el águila se hizo vieja.
Un día divisó muy por encima de ella a una magnífica águila que flotaba elegante y magestuosamente, moviendo apenas sus poderosas alas doradas.
Asombrada, la vieja águila miraba hacia arriba. ¿Qué es eso preguntó? A una gallina que se encontraba a su lado. Es el águila, el rey de las aves. Pero no pienses en ello. Tu y yo, somos diferentes.
De manera que el águila no volvió a pensar en ello. Y murió creyendo que era una gallina de corral.
Anthony de Mello. (El canto del pájaro).
Este cuento nos habla de:
- Trascendencia: significa proyectarse en la vida para dejar huella, sirviendo a los demás, superando las propias limitaciones y para construir un mundo mejor.
- Admiración/asombro: significa aprender a contemplar lo hermoso, lo bueno y lo bello de la vida, como motivaciones para conquistar y realizarse como persona.
Elaborado por:
Marielisa Pacheco Montilla.
Licenciada en Psicología Mención Clínica.
Burbusay Municipio Boconó Estado Trujillo.
Bibliografía:
Barreto, A. Cuentos y fábulas para la formación en valores. Editorial CCS. Madrid España. 2013.
Hola buenos dias me encanta ese tipo de cuentos yo lo veo como excelentes reflexiones porque es la cruda realidad
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