Spacio K: Echa el grano en la tierra

Cada día la sociedad nos reta, nos exige mayor y mejor capacidad de discernimiento, valentía y fortaleza para saber con qué quedarse y cómo seguir viviendo. En la actualidad, uno de los desafíos para personas de todas las edades, lo constituye el uso de las nuevas tecnologías: aplicaciones, video juegos, equipos inteligentes, propuestas variadas de redes sociales, en fin, tanto que podría ser una lista larga.

Hace poco conversaba con un adolescente y me narraba como la sala de su casa en determinadas horas se convertía en un salón tecnológico. Desde la abuela, la madre y el padre, hasta su hermanito de 3 años y las tías, es decir, absolutamente todos, como zombies anonadados en la pantalla de celulares, PC o tablets. Cualquier cosa pasaba de largo frente a sus ojos. Si a alguien se le ocurría salirse del camino la respuesta inmediata: "no me molestes, estoy ocupado." La situación iniciaba a eso de las 9:00pm, podía prolongarse hasta la 1:00am aproximado, sin dejar de considerar que hubiera trabajo al día siguiente, levantarse a hacer tareas, cumplir con otras obligaciones, y sin dudar, que cuando cada quien entrara en la habitación alguno siguiera chateando o navegando en las redes.

Las nuevas tecnologías han traído como consecuencia nuevas adicciones y es que literal, casi toda la dimensionalidad de la condición humana se compromete y se arriesga, tal cual adicción como las común conocidas.

¿Cómo podrá el grano brotar, crecer y dar fruto si la hoz se ha metido y no lo deja? ¿Será que nuestras ramas podrán ser grandes como para que las aves aniden en sus sombras? Ojalá que despertemos a tiempo, y que podamos echar el grano en la tierra para que echen brotes y den fruto. El adolescente con miedo me hablaba del presente y del futuro, sentía que la vida había dado un giro, más aún, luego de la situación pandemia. Por lo pronto, parecía más fácil ser feliz detrás de la pantalla, como tal cual espectador.

Si te encuentras en una situación parecida o sabes de casos que te suenen, atrévete a ser tú el protagonista de tu vida, como sea, pero limpiamente echa el grano de la fe, el trabajo, la disciplina en el terreno del cambio, de la confianza y de los sueños. No rehuyas de tu familia, no resistas de tu malestar, puede ser peor, pero, no te des por vencido en el conformismo, en la apatía y el desgano. En algún momento, se percatarán de tu ejemplo, querrán anidar en los brazos de tus ramas y contagiarse de la frescura que respiras tú.

Bendecida semana.

Producido para Noticias Momoy por Marielisa Pacheco Montilla.

Licenciada en Psicología Mención Clínica.