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lunes, 25 de enero de 2021

Spacio K: Hay hombres que se divorcian y otros que no




Un lector me escribió sobre el artículo del lunes pasado “Me enamoré de un hombre casado”, y entre otras cosas señalaba lo siguiente: “hay hombres que se divorcian”. Me hizo recordar las palabras de un psiquiatra Mexicano: “…amor no es unión, ni fusión eterna… El amor es frágil”. Esto me llevó a indagar sobre cuáles podrían ser las razones por las cuales los hombres no se divorcian, porque por lo general, en nuestra cultura, es la mujer quien da el primer paso. Hay un refrán popular que expresa “hombre no deja mujer”. Hice una breve encuesta y me encontré con esto:

Opinan los caballeros:
-“Las mujeres dan el primer paso porque se cansan de muchas cosas: infidelidades, monotonía, descuido.
-“Si mi esposa no me atiende, me voy de la casa.”
-Ella hubo un tiempo en que me descuidó, se me dio la oportunidad y le fui infiel con otras.”
-“Usted sabe cómo somos los hombres, uno anda de vagabundo por ahí y hace sus cositas a escondidas, sin pensar en las consecuencias.”
-“Nos separamos por la situación económica. Amor con hambre no dura.”
-“No me divorcio, porque me da temor dejar a mis hijos solos.”
- “Aunque no tengamos hijos con nuestra pareja, no nos divorciamos porque venimos de una mujer y no nos podemos desprender del cordón umbilical.”

Opinan las damas:
- “Me harté de la infidelidad y mentiras de mi esposo.”
-“Aguanto por mis hijos.”
- “Tomé la decisión y ya no hay vuelta atrás.” 
-“Mi esposo me maltrataba, era violento y abusaba de mí. Tenía miedo, pero tuve que dejarlo.”
- “Él era homosexual y lo supe tarde. No tenía sentido seguir con la relación.”
- “No le voy a dar el gusto. Al menos, que me mantenga, a mí y a mis hijos.”

¿Qué decir? La vida conyugal es importante para el desarrollo de la persona y para la construcción de otro escenario complejo llamado familia. No obstante, toda convivencia conyugal, incluso la más dichosa, se convierte en una posibilidad viable de deterioro pues los miembros proceden, de referencias biológicas, psicológicas, sociales, históricas, culturales y motivacionales, distintas o ajenas.

En algunos casos, puede prevalecer una disposición favorable al mantenimiento de la estabilidad o a la búsqueda de un bienestar apacible, a pesar de los desequilibrios en los que pueda vivirse. Por ejemplo, hay conyugues que pasan años en dinámicas dañinas, pero no toleran la separación. En otro sentido, la vida conyugal puede ser un trono de lucha de poder, porque existe la necesidad de modelar al otro, “a imagen y semejanza”.

La convivencia conyugal diaria puede sacar lo mejor y lo peor, no solo se desnudan los cuerpos, se desnudan los sentimientos; lo más vulnerable de cada uno. Históricamente, la mujer ha soportado más por la sumisión y por los hijos, pero, se considera que la tolerancia de la mujer actual ha cambiado.

Alhombre, muchas veces, lo detiene para divorciarse, el orgullo de su masculinidad y ser el proveedor por excelencia. Las tasas de divorcio han crecido en el mundo, es predominante en conyugues jóvenes, entre los primeros 4 ó 5 años de vida en común. Hoy, en Venezuela un motivador pareciera la crisis económica.

Lo cierto es que cuando la vida conyugal accede al divorcio, uno o ambos cónyuges, han llegado a un estado de intolerancia donde ya no hay compensación alguna. Hay más posibilidades de que la vida conyugal sea de menor duración cuando nace viciada. El no divorciarse, puede deberse en parte al sentimiento de angustia que genera el riesgo del abandono y de la soledad emocional. Dice Velasco, F.: “Conozco pocas mujeres que viven solas y no están bien internamente, y conozco más hombres que al vivir solos no pueden estar consigo mismos.” Saque usted sus conclusiones.

Hasta el próximo lunes. Bendecida semana.

Marielisa Pacheco Montilla.
Licenciada en Psicología Mención Clínica.
Boconó Estado Trujillo, Venezuela

_Bibliografía:
1. González, S. Parejas jóvenes y divorcio. Revista electrónica de psicología. México. 2004.
2. Montoya, B. Psicopatología de la relación conyugal. Madrid. 2000.
3. Núñez, G. Los hombres y la cuestión del divorcio. Centro de investigación y alimentación. Mexico. 2020.
4. Velasco, F. Triángulos amorosos. México. 2006._

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