Miércoles Santo: "Hijito, en tu casa voy a celebrar la Pascua." - Noticias Momoy

Breaking

Breaking

miércoles, 31 de marzo de 2021

Miércoles Santo: "Hijito, en tu casa voy a celebrar la Pascua."



Querido lector, si gustas, y si tienes la biblia en casa, ábrela y dedica un ratito para leer la cita completa. Hoy, centraremos la atención en las cuatro preguntas que revela el texto:

La primera: ¿Qué queréis darme y yo os lo entregaré?_ La hace Judas Iscariote a los sumos sacerdotes.
La segunda: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua? Los discípulos la hacen a Jesús.
La tercera: ¿Acaso soy yo, Señor?_ La hace, cada uno de los discípulos, muy entristecidos, también a Jesús.
La cuarta: ¿Soy yo acaso, Rabbí? La hace Judas Iscariote a Jesús.

Una vez escuché decir a un sacerdote que "el diablo no se marcha sin dar su último coletazo". Me parece, que entre la primera y cuarta pregunta se corrobora con Judas Iscariote; en contextos diferentes, pero en común el empeño de hacer daño, traicionar y entregar.

Nos quedaremos con la segunda pregunta: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua?. A mí parecer, ésta pregunta resume el rostro de nuestra realidad actual. Desde un enfoque, podríamos decir que vivímos como los discípulos en su momento. Ellos sufrían por Jesús. Nosotros sufrimos por la situación pandemia, la enfermedad y la muerte. Al mismo tiempo, por una coyuntura país llena de carencias, injusticia, de incertidumbre, de maquinación política, económica, moral, social y cultural para sacar ventaja, que ocurre en casi todos los estratos y que deja de lado el trabajo por el bien común.

Ahora bien, desde otro enfoque, los discípulos no dejan de poner su disponibilidad atenta en la figura resplandeciente, llena de amor, luz, verdad y paz que encontraban en Jesús, el Nazareno que sufre con nosotros. Es esperanzador contemplar la mansedumbre y misericordia de Jesús; cómo, desde este preámbulo, ya huele a Resurrección, a salvación, a confianza y a Eucaristía, milagro de amor.

Anclémonos con esta imagen llena de aliento, que comunica felicidad, entusiasmo y comprensión; pase lo que pase, no todo está perdido: Jesús sigue estando entre y con nosotros.

En forma de sencilla oración, podemos decir: Señor Jesús, ven a mi casa, quiero que celebres la Pascua conmigo. Desde el arrepentimiento por mis pecados, quiero hacer como tú mandas, yo quiero preparar mi corazón, abrazarte y que me abraces. Señor Jesús, ven a mi casa, quiero que celebres la Pascua conmigo. Amén.

Escrito por la psicóloga Marielisa Pacheco

No hay comentarios:

Publicar un comentario