En el día a día, se puede observar como con ligereza, se ha convertido en parte de la jerga común para etiquetar, entre familiares, amigos, vecinos y desconocidos, una serie de atributos confusos, incomprensibles y hasta chispeantes.
El Trastorno Bipolar, se conoce desde tiempos inmemoriales, en la antigua Grecia ya se mencionaba. Recibió su nombre gracias a los aportes del gran psiquiatra alemán Emil Kraepelin (1856-1926), quien lo diferenció de otra enfermedad mental, llamada esquizofrenia. Pero también, Karl Leonbard (1904-1988) habló del Trastorno Bipolar para clarificar confusiones entre la depresión y la manía.
Desde hace alrededor de 60 años, se dispone de tratamiento; aunque queda un largo trecho para su aceptación social, como quien habla de diabetes o hipertensión.
¿Qué es importante conocer sobre el Trastorno Bipolar?
1. El diagnóstico lo emite un profesional de la salud mental, debidamente calificado, previa exploración clínica.
2. Para quien lo experimenta, fijarse en los cambios repentinos del estado de ánimo.
3. Cumplir rigurosamente con la medicación.
4. Adherirse al acompañamiento psicoterapéutico con un psiquiatra o psicólogo.
5. Llevar un horario regular en los hábitos de sueño.
6. Para aumentar la conciencia sobre la enfermedad y evitar recaídas, que la familia (padres, hermanos, cónyuge e hijos), amigos cercanos y el contexto laboral, de ser posible, se incluya en el proceso.
¿Lo más importante? Que no se convierta el Trastorno en el centro de la vida, las 24 horas del día. Sería, sumamente, negativo. Se recomienda llevar una vida en cuanto más normal, mejor.
El Trastorno Bipolar, no debe emplearse como excusa para "esconder la cabeza como el avestruz", ésta actitud es la más incapacitante.
Si tienes dudas, busca ayuda profesional.
Escrito por la psicólogo Marielisa Pacheco (@pachitampm)
Bibliografía:
1. Sararon, I. Psicopatología. Editorial Pearson. México. 2006.
2. Viera, E. El Trastorno Bipolar. Editorial Ars Médica. España. 2004.
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