Pienso que la aparición del petróleo lejos de ser una bendición fue todo lo contrario.
Gracias a la explotación del crudo las industrias petroleras necesitaban mano de obra a granel y esto originó el abandono del campo y el engrosamiento de cinturones de miseria en las periferias de ciudades, trayendo como consecuencia la disminución en la producción agropecuaria de nuestra nación.
Hasta la época en que sucedió esta catástrofe, Venezuela era un país productor y exportador de rubros tales como el Café, Cacao, Trigo, Arroz, Granos, Papas, Tomates, Frutas, rubros cárnicos y avícolas. Rápidamente pasamos a ser de un país exportador a uno importador, todo se importó. Dejamos de consumir nuestra producción y nos dedicamos a gozar y vivir de productos importados. Craso error abandonar el campo.
Después de sucesos en la historia contemporánea para no entrar en detalles, hoy nos encontramos sumidos en una miseria que nos obliga a seguir dependiendo de las importaciones para poder subsistir y cada día con rubros de peor calidad. Ya ni siquiera somos capaces de producir nuestros propios alimentos, pocas son las personas que saben y se dedican a producir proteínas de origen animal y vegetal.
De no retornar a las actividades agrícolas y pecuarias con conciencia orgánica viviremos cada día en una mayor miseria; y con respecto al petróleo que ya no es el rubro que nos pueda hacer surgir de la crisis en que estamos, pienso que en muy pocos años solo será un desecho tóxico que quedará en nuestro subsuelo, ya que el avance tecnológico desechará los combustibles fósiles por las fuentes de energía limpia que ya están haciéndose más populares en el mundo.
El trabajo de campo es duro, pero es necesario reconducir el país a sus orígenes.
Pero muchos prefieren esperar al Mesías que nos sacará de la miseria.
Esto pienso y lo manifiesto con toda la responsabilidad que me da el ser del campo o del monte como dicen los citadinos.
Escrito por @elprofebaldemar
@BlademarEPerezL.
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