¿Te ha pasado que estás bien, te sientes chévere, pero quieres sentirte mejor y desconoces cómo hacerlo, por lo que acudes a un amigo de esos sabios, confidentes, únicos para preguntarle "qué debes hacer" o "qué sería lo mejor"?
En el intercambio, ese amigo te escucha, te recibe con cariño, te brinda apoyo incondicional y te dice lo que pudieras o no hacer, la verdad, lo que te falta. Pero, ¡chupulún!¡Vaya! Para tí aceptar esa realidad, representa todo un desafío, entonces te marchas pesaroso, triste, cabizbajo.
Qué difícil puede resultar, tantas veces, dar el giro a una situación, aún sabiendo que se puede estar mejor. Pero, el que sea difícil, no asegura que sea imposible.
Dicen un monje Benedictino: "el poder de las estrellas no es nada comparado con la energía de una persona cuya voluntad se ha liberado del sistema del falso yo."
El falso yo, es tu personalidad, es tu vida condicionada por tu necesidad de afecto, de seguridad y de control, alimentada por los programas emocionales construidos durante la infancia.
Sea lo que sea que estés viviendo hoy:
¿Qué te impide salir de esa supuesta seguridad?
¿Qué te impide vivir o dejar de vivir desde ese afecto?
¿Qué te impide retornar a tí y dejar de querer controlarlo todo?
Reanímate, paciencia y vuelve a tí, más allá del poder de las estrellas.
Hasta la próxima semana. Bendecidos días.
Producido por:
Marielisa Pacheco Montilla.
Licenciada en Psicología Mención Clínica.
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