Pobre del hombre que desea tener éxito robando el trabajo de otras personas, sin tomar en consideración el esfuerzo, el ahincó y la constancia que esas personas le han dedicado a su trabajo.
Lograr éxito robando trabajos y esfuerzos es más fácil de obtenerlo, lo difícil es merecerlo.
El éxito es el premio del esfuerzo personal; es el fruto del trabajo y la grandeza personal, el éxito se obtiene con pensamiento firme y seguro de saber lo que se quiere llegar a ser y una disciplina de trabajo y estudios para llegar a la meta; el éxito no es un lugar de destino al cual llegamos por suerte, es un punto al cual llegar después de un duro batallar, es un camino que se recorre diariamente con pequeños y grandes logros, así como caídas que nos hacen crecer como seres humanos y no hay crecimiento personal sin valores, no hay un verdadero camino al logro sin disciplina, disciplina como hábito, como norma y como paradigma de convivencia consigo mismo y con los demás.
En el verdadero éxito, la suerte no tiene nada que ver; la suerte es para los improvisados y aprovechados; y el éxito es el resultado obligado de la constancia, de la responsabilidad, del esfuerzo, de la organización y del equilibrio entre la razón y el corazón.
El fracaso no me sobrecogerá si mi determinación por alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa y la mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora del éxito; la fuerza de tu envidia es la rapidez de mi progreso y mi mayor aliado, pues, cuando tú te esfuerzas por hacerme fracasar, yo me esfuerzo por superarme a mí mismo; el éxito no se perdona, por eso las personas con éxito en la vida tienen muchos enemigos”.
Por tal motivo es mejor desear “Éxito”.
¡Que tengas mucha Suerte!
–Que fea expresión.
Escrito por
@BaldemarEPerezL.
@elprofebaldemar.
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