En Psicología, existe un termino que se llama desesperanza aprendida, causado por la percepción de que "nada puede hacerse". Como si los esfuerzos fueran inútiles e ineficaces para lograr controlar, minimizar o evitar el castigo, el dolor agobiante, entonces la resignación hace pensar: "haga lo que se haga, nadie puede salvarse. Se ve la puerta, pero no el escape"
Este panorama desalentador puede modificarse si cada quien decide atreverse a enfrentar los problemas y correr riesgos, porque jamás hay que perder la capacidad de soñar y lograr. Me hace recordar la perseverancia que tienen los aficionados de un equipo de béisbol.
Les cuento un poquito de mi: viví en Valencia durante 22 años y me encantaba asistir al Estadio José Bernardo Pérez en las temporadas de beisbol. Aficionada a los partidos del glorioso "Navegantes del Magallanes". Yo no sabía si el equipo iba a ganar o perder, pero cuando se trataba de apoyar el equipo, de disfrutar y compartir yo estaba allí. Era una alegría aclamar jonrón! Un desafío pedir ponche para el equipo contrario! y vestir la gorra y camiseta para llegar a la mencionada cita, todo un honor. Perdiera o ganará el equipo, ir a los partidos se transformaba en una verdadera fiesta de risas, de baile, de drama, de suspenso, intriga y de maravillosa socialización. Hoy me doy cuenta que así es vivir.
Es que mientras se esté en la pelea, siempre habrá una esperanza de la cual uno pueda aferrarse y si se pierde o no se alcanza lo que se esperaba, por lo menos, se habrá intentado. En los partidos de béisbol hay límites y a menos que se infrinja una norma de buen comportamiento, nadie se siente un cobarde, ni tampoco culpable. En el caso de los aficionados, aunque algunos se hubieran dejado invadir por el síndrome del desertor-perdedor y se retiraban del estadio antes de culminar el juego, el partido continuaba hasta el final. También era parte de la historia.
Cerrando este ciclo de reflexiones sobre la obra de Walter Riso:"Enamórate de ti" comparto estos tips:
Elimina el "no soy capaz y date la oportunidad de intentarlo de nuevo.
No seas pesimista.
No seas fatalista. No estás predestinado al sufrimiento.
No recuerdes sólo lo malo. El pasado te espera para que lo rescates y te reivindiques a ti mismo.
Revisa tus metas. Tienes el derecho a esperar más de ti y de la vida.
Ponte a prueba y arriésgate. Actúa para lograr tus objetivos.
Los caminos para llegar al autoamor son incontables y tú decides por cuál transitar, cuál te agrada y cuál no. Lo que jamás debes perder es la capacidad de búsqueda y de cuestionamiento. Si decides sacar la cabeza del hoyo, recuerda que habrá obstáculos, incomodidades y dificultades, pero si no lo intentas sería casi como morir en vida.
Como dijo Hermann Hesse: "Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible". Paciencia, Ánimo, Persevera! Y que el próximo hit sea para ti!
Marielisa Pacheco Montilla
Licenciada en Psicología Mención Clínica.
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